Mi enfoque
Supongo que el motor de mi curiosidad fue buscar una salida al dolor. Las sensaciones que acompañaban a mis sentimientos resultaban desconcertantes y molestas. No entender, sentir que era incontrolable y verme arrastrada por impulsos y reacciones me llevó a interesarme por la psicología. Me parecía un mundo nuevo, a mi alrededor nadie hablaba de emociones. Así crecí, al igual que muchísimas otras personas. Con una desconexión entre el sentir y la palabra, que me provocaba una sensación de incomprensión de la experiencia. Algo que sentía muy dificil de manejar y me causaba bastantes problemas y conflictos inesperados.
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Mi formación base parte de la Licenciatura de Psicólogia, con especialización en la rama clínica y con habilitación sanitaria. Tengo un enfoque bio-psico-social y humanista como modo integral de afrontamiento de la salud.
Me especialicé en neuropsicología y educación y de ahí llegué a la teoría polivagal para encontrar una manera práctica de conectar con nuestro sistema nervioso y desarrollar una buena regulación desde el propio cuerpo.
Por mi propia trayectoria personal, lo relacioné con otras actividades corporales, que ya venía practicando: danza, yoga y deportes varios que unido a la programación neurolingüística (PNL) fue el puente para utilizar las sinergías del cuerpo y la mente. Conectar lo emocional con lo físico.
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En lo referente a lo social, parto de la idea de que la salud está atravesada por las circunstancias, el entorno y la cultura. Por esto, considero necesario su análisis en toda terapia. Fue así que decidí profundizar en una psicoterapia con perspectiva feminista, teorías del trauma, del apego seguro y de estilos de crianza respetuosa, donde toda experiencia se engloba inevitablemente en un espacio-tiempo y un tipo de relaciones concretas.
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Me interesa poner el foco en la escucha activa, la observación y la toma de conciencia. Proveer un espacio y una relación terapéutica segura y de confianza, que permita la validación de experiencias y emociones para lograr una buena conexión personal y con el entorno. Creo que desde ahí podemos estar en el presente, regularnos, explorar, experimentar, jugar, aprender, reir y disfrutar con una mirada compasiva hacia nosotras mismas.